Procopia

"Cada año en mis viajes hago alto en Procopia y me alojo en la misma habitación de la misma posada... Estoy seguro de que la primera vez no se veía a nadie... Al cabo de un año eran tres sobre el murete, y al regresar vi seis, sentados en fila, con las manos sobre las rodillas... Cada año, apenas entraba en la habitación levantaba la cortina y contaba algunas caras más... Se asemejan, parecen amables... Pronto vi todo el puente lleno de gentes de cara redonda, en cuclillas porque ya no tenían más lugar para moverse... Finalmente este año, al levantarse la cortina, la ventana sólo encuadra una superficie de caras... El cielo mismo ha desaparecido. Más vale que me aleje de la ventana".

Las ciudades invisibles
Procopia (Fragmentos)
Italo Calvino

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Chuquita


"Chuquita"

(Obra gráfica. 2005)
Serigrafia

Dicen que Chuquita da mied0 ¡Buuuu!, pero nació de una inocente muñeca de ojos azul claro y vestidito escocés
.

Chuquita tiene una linda perrita que se encontró un día yendo a la escuela dentro de una papelera en el parque donde juega. Le puso el nombre de Muriel, es pequeñita y no para de ladrar como todos los perros de ese tamaño, un poco oveja si que es, una pequeña alfombra de melena blanca que se arrastra por el suelo.

Para las Andróminas que me pidieron que lo colgara en este blog. Va por ellas.


lunes, 13 de septiembre de 2010

Mi rinconcito


GRAVATS
Exposición colectiva de obra gráfica en "Untitled BCN"
Primavera 2010

jueves, 9 de septiembre de 2010

"Cl0e japonés". Detalle
(Obra gráfica. 2008)
Aguafuerte, aguatinta, litografía, chine collé
Mar Sánchez

Este fin de semana festivo por doble partida nos volveréis a encontrar por segunda vez en la Plaça del Pi, donde semanalmente se reunen pintores locales. Isabel y yo estaremos en la parada que tiene l'Escola Llotja. Os esperamos.

Sábado 11 de septiembre (de 11 h. a 20.30 h.)
Domingo 12 de septiembre (de 11 h. a 14.30 h.)

martes, 7 de septiembre de 2010

Escupiré sobre vuestra tumba


"Escupiré sobre vuestra tumba"

(Collage, 2010)
Mar Sánchez

"Entonces le hable:

-¿Siempre te produce el mismo efecto, acostarte con negros?
No contestó. Estaba completamente idiotizada.
- Porque yo, de negro, tengo más de una octava parte.

Volvió a abrir los ojos y yo me eché a reír. La tía no entendía nada de nada. Entonces se lo conté todo; quiero decir, toda la historia del chico y como se había enamorado de una niña, y como el padre y el hermano de la niña se habían ocupado de él en consecuencia; le expliqué lo que había querido hacer con Lou y con ella, hacer que pagaran dos por uno. Busqué en mi bolsillo y encontré el reloj de pulsera de Lou, se lo enseñé y le dije que lamentaba no haberle traído un ojo de su hermana, pero que estaban demasiado estropeados tras el pequeño tratamiento de mi invención que les acababa de aplicar.

Me costó decir todo eso. Las palabras no acudían a mi boca. Jean estaba allí, tendida en el suelo, con los ojos cerrados y la falda levantada hasta el vientre. Volví a sentir la cosa que me subía por la espalda y mi mano se cerró en su garganta sin que pudiera evitarlo; me corrí. Fue tan fuerte que la solté y casi me puse en pie. Tenía ya la cara azulada, pero no se movía. Se habría dejado estrangular sin ofrecer resistencia. Aún debía de respirar. Cogí el revolver de Lou de mi bolsillo y le pegué dos tiros en el cuello, casi a quemarropa; la sangre brotó como un caldo espeso, lentamente, a borbotones, con un ruido húmedo. De sus ojos no se veía más que una línea blanca entre los párpados; tuvo una contracción y creo que se murió en aquel momento. La volví para no verle más la cara, y, estando ella aún caliente, le hice lo que ya le había hecho en la cama.

Creo que me desmayé inmediatamente después; cuando volví en mí estaba fría del todo, e imposible de mover. Entonces la dejé y me fuí hacia el coche. Apenas podía arrastrarme; me pasaban cosas brillantes por delante de los ojos; cuando me senté al volante, me acordé de que el whisky se había quedado en el Nash, y la mano se puso a temblar otra vez." (págs. 162-163)

Escupiré sobre vuestra tumba
Boris Vian

Traducción: Jordi Martí Garcés
Editorial Edhasa. Col. pocket edhasa
Barcelona. 1992

viernes, 3 de septiembre de 2010

Vian & Sullivan


"Vian & Sullivan"
(Obra gráfica. 2009.)
Mar Sánchez

Fotopolímero, Serigrafía, collage y cosido


"La mañana del 23 de junio de 1959, Boris Vian salió de su casa, en París, para dirigirse al Petit Marbeuf, un cine cercano a los Campos Elíseos, donde iba a realizarse un pase de la película "La pasión de Joe Grant" (título provisional), dirigida por Michael Gast. Se trataba de la adaptación cinematográfica de su novela (firmada con el seudónimo Vernon Sulllivan) "J'irai cradner sus vos tombes" (Escupiré sobre vuestra tumba) (1946), de la que Jacques Dopage y el propio Vian habían firmado el guión. A las 10 h. y 10m. de aquella mañana, poco después del inicio de la proyección, Boris Vian inclinó la cabeza atrás y su cuerpo se deslizó por la butaca. Vian yacía muerto en el suelo... Vian murió con 39 años.

Joan de Segarra
Artículo aparecido en el periódico "La Vanguardia" el 21 de junio de 2009.





miércoles, 1 de septiembre de 2010

Colores



Sobre el Blanco Albayalde

El mejor de los blancos, y desde luego el más cruel, se hace con plomo.

Durante cientos de años, los pintores europeos consideraron el albayalde como una de las pinturas más importantes de su paleta.

En su tiempo envenenó a pintores y obreros industriales, a mujeres que buscaban remedios de belleza y hasta a niños pequeños que jugaban en trineos, y a quienes atrajo su extraño sabor dulce.

Plinio incluyó el albayalde en su “Historia natural”. Decía que era venenoso si se tragaba, aunque no se refirió a las sombrías consecuencias de absorberlo a través de la piel o inhalarlo en polvo mientras se molía. En su época el albayalde de mejor calidad procedía de Rodas.

La fabricación consistía en colocar delgadas virutas de plomo en un cuenco lleno de vinagre, la acción del ácido sobre el fino metal causaba una reacción química y dejaba un depósito blanco de carbonato de plomo, luego se molía lo aplanaban en tortitas y lo dejaban secar al sol del verano. En época de Rembrant los holandeses adoptaron un tercer y repugnante ingrediente, el estiércol. Con el fin de producir no solo el calor para evaporar el ácido, sino también el dióxido de carbono que transformara la sustancia de acetato de plomo en sencillo carbonato de plomo. La habitación se sellaba y se dejaba cerrada durante noventa días… Era uno de los pequeños milagros del color: la transformación de la mierda en azúcar.

Desde 1994 se prohíbe vender esta pintura dentro del la UE, salvo en condiciones especiales.

Las que se morían por ser blancas

El albayalde rara vez fue más traicionero que cuando se empleó como maquillaje.

El famoso caso de Maggie Angeloglou, ama de casa de San Luis, Missouri. En 1870 aparece el maquillaje “Flor de juventud “de una firma de cosméticos. Maggie se compró varias botellas, aplicándoselas de forma concienzuda y en 1877 murió por envenenamiento con plomo.

El albayalde se había empleado generosamente en cremas faciales y maquillaje desde la época egipcia; las damas romanas tenían plena confianza en él, y las geishas japonesas también lo utilizaban: hacía un hermoso contraste con sus dientes ennegrecidos, como dictaba la moda, con bugallas y vinagre, Pero incluso en el siglo XIX, cuando sus peligros debían de conocerse mejor, era común en los tocadores de las mujeres, fuera como fuera su piel. Uno de los problemas radicaba en que al principio –como en la tisis- el daño que causa hace que a veces la víctima se sienta incluso más atractiva. La exposición al plomo hacía parecer a las mujeres espíritus etéreos, casi ángeles, lo cual formaba parte del engaño. Para cuando la verdad daba la cara, lo más probable es que ya fuera demasiado tarde.

La enfermedad que surgía tenía dos nombres el “plumbismo” por el plomo, o bien “saturnismo” porque el plomo se relaciona tradicionalmente con el planeta Saturno, que al parecer dota de melancolía a quien nace bajo su influencia. Un ejemplo es que quien se aplicaba con asiduidad cada mañana “Flor de juventud”, primero habría experimentado una sensación de letargo; en 1870 lo habría achacado a los malditos corsés. Luego, quizá, habría dejado de dormir, lo que hundiría las pálidas mejillas, que en la época victoriana era la idea de cómo debía ser una mujer, “pálida como una muerta”. Más tarde empezaría a sentir las piernas un poco inseguras, de manera que guardaría cama. En este punto bajaría las mangas del vestido para esconder las pequeñas marcas azules –diminutas líneas de plomo- que se formaban en las muñecas. Pronto aparecería el estreñimiento, y orinaría muy poco, aunque el orinal sería útil para los vómitos de aspecto bilioso que arrojaría con frecuencia. Suena mal pero esto es sólo el principio del malestar. Más tarde incluiría la insuficiencia renal y lo que se describe con delicadeza “anormalidades de conducta”.

COLORES
Victoria Finley.
Editorial Oceano, 2004.