Procopia

"Cada año en mis viajes hago alto en Procopia y me alojo en la misma habitación de la misma posada... Estoy seguro de que la primera vez no se veía a nadie... Al cabo de un año eran tres sobre el murete, y al regresar vi seis, sentados en fila, con las manos sobre las rodillas... Cada año, apenas entraba en la habitación levantaba la cortina y contaba algunas caras más... Se asemejan, parecen amables... Pronto vi todo el puente lleno de gentes de cara redonda, en cuclillas porque ya no tenían más lugar para moverse... Finalmente este año, al levantarse la cortina, la ventana sólo encuadra una superficie de caras... El cielo mismo ha desaparecido. Más vale que me aleje de la ventana".

Las ciudades invisibles
Procopia (Fragmentos)
Italo Calvino

domingo, 3 de octubre de 2010

Sobre el azul

AZUL
La historia de un color
Michael Pastoureau
Paidos. 2010

El tabú de las mezclas y el mordentado (Edad Media).

"Mezclar, ligar, fusionar y amalgamar son operaciones a menudo consideradas infernales porque contravienen el orden y la naturaleza de las cosas queridos por el Creador. Todos los que se ven abocados a practicarlas a causa de sus tareas profesionales (tintoreros, herreros, alquimistas, boticarios) despiertan temor o sospechas, porque parecen hacer trampas con la materia. Ellos son los primeros, además, que vacilan ante determinadas operaciones, como, por ejemplo, en los tallleres de tintorería, ante la mezcla de dos colores para obtener otro. Yuxtaponen, superponen, pero no mezclan. antes del siglo XV no hay ningún recetario para fabricar colores, ni para la tintorería ni para la pintura, que nos explique que para fabricar el verde hay que mezclar el azul con el amarillo. Los tonos verdes se obtienen de otra forma, ya sea a partir de pigmentos y colorantes verdes naturales (tierras verdes, malaquita, caparrosa verde, bayas de aladierno, hojas de ortiga, jugo de puerros), ya sea sometiendo algunos colorantes azules o negros a una serie de tratamientos que no entran dentro de la categoría de mezclas. Por otra parte, para los hombres de la Edad Media, que nada saben de espectro y de la clasificación espectral de los colores, el azul y el amarillo son dos colores que no tienen el mismo estatus y que, cuando se colocan sobre un mismo eje, están muy distantes el uno del otro; no pueden, por lo tanto, tener un "rellano" intermedio que sea el color verde." (pag. 72/73)

Un ensayo muy recomendable, pero no esperéis que la historia del azul sobrepase más allá de los límites europeos. Serán una excepción.

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